Visto a la distancia, parece que Julio Butus se retiró de la actividad; pero quién posa la atención un instante en el derrotero de este ingeniero agrónomo entrerriano advierte de inmediato que está activo como siempre. Produce riqueza integrando el Tambo Asociativo y se mantiene actualizado de todo lo inherente a la lechería, actividad que acompaña desde los años de la década del 70.
Campo en Acción lo entrevistó, por enésima vez, para elevar la mirada de un experto, con opiniones propias que motivan e invitan a la reflexión.
—¿Cuándo comenzó tu compromiso con la ruralidad?
—Tengo mis orígenes en el campo, tanto mi padre como mi madre son nacidos y criados en el campo, mi papá era de aquel tiempo kilómetro 28, hoy se llama Villa Fontana, y mi mamá de El Espinillo. Se casaron, vivieron 11 años en el campo y después se vinieron a Paraná, donde nací. Siempre estuve relacionado al campo por mi tío, por mi abuelo, así que pasaba los veranos en Espinillo con tío Pocho y mi abuelo, la tía Coca que todavía vive, ella es Ramírez de apellido, de ahí viene un poco la relación con Oscar Alloatti también porque él también es oriundo, nacido y criado en el Espinillo. El es de 1944 y yo del 55; soy 11 modelos más nuevo pero tenemos más o menos el mismo criterio de análisis de las cosas, hemos compartido mucho. Con él, por ejemplo estuve en el INTA de Reconquista, así que desde ahí que venimos con algunas conexiones. Y acá trabajé mucho con Nobel Babboni y Daniel Welschen en la agencia del INTA; después vino Walter Mancuso. Como se ve, las raíces están acá, en el campo y también dedicado al trabajo con los chicos de la escuela en Las Delicias, donde estuve 26 años viviendo en la escuela mientras trabajaba como jefes de Enseñanza y Producción. Mi señora, Analía, hacía lo propio como profesora y terminó como directora cuando se jubiló Juan Achabal. Nuestros hijos estudiaron todos ahí, fueron a la primaria en Aldea María Luisa y el secundario lo hicieron en la agrotécnica así que toda una vida dedicada a la educación agropecuaria, al asesoramiento a los productores y también como productor; porque ya después la gente me pidió que me involucrara con ellos, yo siempre pregoné mucho el trabajo asociativo, planteando la actividad productiva desde lo técnico, desde lo económico y desde lo social, hasta que terminé formando parte como socio.
—¿Sigue vigente el modelo asociativo para el productor?
—Si. Al Tambo Asociativo que armamos en septiembre de 1990 lo arrancamos como grupo Giser de Colonia Reffino. Lo basamos en toda la experiencia había hecho desde el INTA con Babboni y Welschen. Ese primer Grupo de Intercambio Solidario de Entre Ríos marcó época. El plan era para que los pequeños y medianos productores accedan a asistencia técnica. Lo tenían algunos que estaban como demostradores de la agencia del INTA Paraná, el resto estaba un poco huérfano de que vaya un técnico y se instale, haga el mano a mano con la familia, recorra su campo, analice su situación y vea cómo podrían mejorar la productividad de lo que hacían en base a los recursos que ellos tenían. Los productores que se fueron aggiornando a los nuevos tiempos incrementaron la productividad de su establecimiento en volumen de leche por hectárea, esos son los que han ido permaneciendo, estamos hablando de una trayectoria de 40 años. Hemos tenido momentos buenos y momentos de crisis. En buenos todo el mundo se puede sostener, pero cuando viven las crisis realmente quedan los que son más eficientes, los que hacen permanentemente un análisis de costos y toman las decisiones en el momento oportuno. El año pasado hubo que autofinanciarse porque no había líneas de créditos, por ejemplo. En ese momento muchos tambos sostuvieron sus establecimientos descapitalizándose en animales, vendiendo vacas.
—¿El 2023 fue otro año bisagra?
—La política de Estado que se mantiene a lo largo de los años independientemente de quién gobierne el país es importante. Muchos establecimientos hoy están con niveles de producción más bajos que el año anterior, está faltando un poco de leche en la industria, y bueno por eso la leche hoy es cara, es una de las causas por la cual hoy el precio de la leche, en el término de tres meses prácticamente se duplicó cuando los cereales y oleaginosas se mantienen en su mismo valor, entonces la relación leche alimentos o sea llámese maíz, expeller de soja afrechillo de trigo, cascarilla de soja, cualquiera de los ingredientes que se usan para formular los alimentos concentrados que se le suministran a las vacas, hoy la relación con el año pasado es ampliamente favorable, digamos la cosa cambió y bueno.
—De andar, vemos que el tambo no es atractivo para los jóvenes. ¿Vos cómo observas esta situación?
—Es un tema, digamos, candente. Si uno recorre nuestra zona ve que los hijos de aquellos productores que nosotros asesorábamos en la década del 80 del 90 y te diría hasta los primeros años del 2000 vieron que sus padres no evolucionaron, que se quedaron y hoy dicen mira «yo para seguir en lo tuyo y estar como estás, no sigo más”. Entonces por ahí la tendencia de no buscar modelos asociativos que puedan humanizar la tarea; por ejemplo automatizarla y que uno pueda acceder a nuevas tecnologías, tiene su precio negativo en ese sentido. Yo creo que la cosa va hacia una vaca a galpón incluso con robot, eso es lo que lo que ya está en algunos lugares en vigencia, como en la provincia de Córdoba.
—¿Entonces el robot no va a expulsar tamberos?
—Yo creo que le va a dar otra ocupación al dueño del tambo. Algo de mano de obra va a quitar porque lo que hay que hacer es después controlar que el robot funcione, como ocurre con los galpones de pollos. O sea, no hay ninguna duda de que la incorporación de todas estas tecnologías, la robótica, la informática deja mano de obra sin ocupar, o sea achica la cantidad de personal en los que establecimientos, ahora hay que buscar de qué se va a ocupar esa gente que hoy y que va a quedar.
—¿Cómo está el contexto económico y cómo ves un poco el desarrollo de este año?
—Este año para la lechería va a ser, si se mantienen estos precios y el clima acompaña, un buen año. Cambió sustancialmente la relación concentrado, o sea cuando digo concentrado es el precio del expeller, del grano de maíz, del afrechillo de trigo, cascarillas de soja, ya va a venir también la semilla de algodón, todos los ingredientes que se usan en la alimentación de los animales eso ha quedado con el precio que estaba allá por diciembre cuando la leche se duplicó en el precio, entonces hoy esa relación es buena y pastura va a haber porque la gente va a poder sembrar.