Carlos Ameglio: ¿En qué anda ahora el pionero de los biocombustibles?

En esta tierra, donde algunos sueños toman forma entre trigales y cosechas, hay una historia que se sigue entretejiendo con la visión de una provincia desarrollada económica y socialmente.

Este emprendedor, nacido en La Matanza, pero con raíces profundas en esta región de Argentina, regresó a tierra entrerriana llevando consigo intuición, visión audaz y capacidad organizativa, que marcaría un hito en la historia local.

Se trata de Carlos Ameglio, quien, en los albores de la década de 1990, cuando el término biocombustible era apenas un susurro en la Argentina y el mundo, ya estaba dando pasos firmes hacia el futuro. Instalado en su pequeña localidad en General Galarza, en el corazón del departamento Gualeguay, comenzó a elaborarlos, mucho antes de que la idea se arraigara en la conciencia colectiva.

 

 

 

 

Pero, ¿cómo llegó a este punto de innovación y emprendimiento? La respuesta se encuentra en un cambio radical en su vida. Después de 21 años de carrera en una multinacional, decidió darle un giro a su existencia, motivado por problemas de salud y un deseo profundo de cambiar el rumbo de su vida. Este cambio lo condujo de regreso a Entre Ríos, llevando consigo la experiencia adquirida y un espíritu emprendedor indomable.

 

 

 

 

El desafío de los comienzos

La travesía no fue sencilla. De ser un hombre que apenas conocía un tractor por televisión, Ameglio dio un salto de valentía y estableció una empresa de embolsado y extracción de granos. Fue un cambio abrupto y complicado, pero con determinación y esfuerzo, logró superar los desafíos iniciales.

El verdadero capítulo de la historia de Ameglio comienza cuando decidió incursionar en el mundo del biocombustible. En 1996, cuando pocos hablaban del tema, él ya era un apasionado defensor de esta alternativa energética. En un país donde la resistencia y las burlas eran su pan de cada día, Ameglio persistió y se convirtió en un precursor del biocombustible en Argentina.

En 2006 el gobierno nacional implementa una Ley que se convirtió en un hito, proponía a las grandes empresas enfocarse en la exportación, a las Pymes en el abastecimiento del corte, y dejando un espacio crucial para el autoabastecimiento. Un espacio, que este empresario entrerriano, siempre defendió como esencial para la autonomía energética, generador de trabajo y el arraigo regional. Lamentablemente el capítulo del autoconsumo no se desarrolló formalmente.

A lo largo de los años, Ameglio ha enfrentado desafíos y perdido oportunidades valiosas. La falta de comprensión y apoyo político le privó de llevar a cabo un proyecto ambicioso que hubiera cambiado la realidad de Entre Ríos. Sin embargo, su espíritu resiliente lo lleva a seguir innovando y buscando soluciones para el futuro.

Con el borrador del proyecto de ley en sus manos, ahora busca cambiar el juego una vez más. Su enfoque en el autoconsumo no solo promete independencia energética, sino también un cambio cultural en la forma en que la provincia encara el negocio agropecuario. Para él, la clave está en brindar autonomía a cada persona y generar riqueza a través de la energía sostenible.

Da un ejemplo involucrando a 50 plantas extrusadoras de soja que hoy tiene Entre Ríos, que podrían procesar hasta tres toneladas por día y saca números para graficar que se podría generar el equivalente a un 20% del gasoil que actualmente se utiliza en el sector agropecuario. “Eso significan 6.000 viajes de camión menos Rosario”, afirmó en diálogo con Campo en Acción, a través del aire de Radio Nacional LT 14. El número es monstruoso y es el dinero que se ahorra el productor.

 

 

 

 

Complementa al indicar que “esto se establece mediante un contrato de maquila (ley sancionada en 1999), o de depósito de maquila cuando el productor agropecuario se obliga a suministrar al procesador o industrial materia prima con el derecho de participar sobre el o los productos finales resultantes”. La maquila de la ley número 21 113, que establece un arreglo entre partes. Actualmente se aplica, por ejemplo, en la vitivinicultura, en el algodón y la caña de azúcar.

En un mundo donde las tendencias energéticas evolucionan, Ameglio vislumbra un futuro donde el biodiesel pronto será obsoleto, dando paso a combustibles más ecológicos como el HVO, (aceite vegetal hidrotratado). Su mensaje es claro: es hora de ponerse de acuerdo y permitir que estos emprendedores impulsen a Entre Ríos hacia la vanguardia en la producción de energía sostenible.

Carlos Ameglio, un hombre de sueños grandes y acciones audaces, ha dejado su huella en la tierra que ama. Su legado es más que biocombustible; es un recordatorio de que, con visión y perseverancia, los emprendedores pueden cambiar el curso de la historia, llevando a sus comunidades hacia un futuro más sostenible y próspero.

Miguel Ruberto / Campo en Acción

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