El monotema: entre las estrategias y los memes, la inflación coloniza la conversación pública

Los temas de conversación en la fila del banco, en las charlas de café o en las redes sociales están influenciadas por el contexto político, social y económico, que lleva a nuevas estrategias de consumo como por ejemplo cargar nafta los días que hay descuento con cierta tarjeta en particular o contarle a un familiar en qué supermercado todavía quedan latas de atún.

En un contexto social signado por la inflación, la conversación pública -en las calles, pero también en las redes, entre familiares pero también entre desconocidos- hizo un giro repentino que, según sociólogos y especialistas en comunicación, permite identificar un nuevo discurso de coyuntura signado por las estrategias de consumo, la experiencia de ir al supermercado y las quejas.

Que el INDEC diera a conocer esta semana que el Índice de Precios al Consumidor de diciembre trepó a 25,5% y cerró el año 2023 en 211,4% sólo confirmó en números algo que los argentinos tienen muy presente en la experiencia diaria y en la conversación cotidiana alrededor de lo que pareciera ser el monotema del momento: todo está muy caro.

El supermercado del barrio que todavía tiene café a un precio razonable, cargar nafta con la tarjeta el fin de semana para conseguir un descuento, encontrar una lata de atún, hacer compras comunitarias en el Mercado Central o llamar al servicio de cable para amenazar con cortar el servicio para conseguir un plan más barato son algunas de las estrategias y desafíos que ahora protagonizan la charla de sobremesa, los intercambios durante los cumpleaños o los diálogos en la oficina.

El impacto de la inflación en la vida de los argentinos se nota en lo más material y, además, se advierte en el escenario más íntimo de lo familiar y cotidiano, pero también en la conversación en las redes sociales con memes o la circulación de estrategias de consumo; como si verdaderamente se hubiera operado un cambio en la subjetividad de la época.

Para Ingrid Sarchman, licenciada en Comunicación, docente, investigadora y escritora, el espíritu catártico tomó las redes sociales. «Las personas de la cultura o las ciencias sociales tienen una voz en las redes que no necesariamente está vinculada a su ámbito de trabajo o investigación pero que sí abonan la conversación pública. Y sí, hoy estos intercambios aparecen colonizados por la realidad más inmediata; esos perfiles hoy ´se dan permiso´ para referirse al impacto de la inflación. Las redes son un lugar de catarsis donde las personas arman comunidades y, en ese marco, estos discursos se potencian», reflexiona.

Eugenia Mitchelstein, profesora asociada del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés, repara en que, más allá de la novedad de la intensidad y del clima que genera que parte de esa conversación se de en las redes, en Argentina estamos acostumbrados a hablar de inflación: «El salto de diciembre por ahora parece de grado pero no de tipo: las conversaciones sobre precios existen hace varios años, lo que tal vez cambió ahora es la frecuencia de esas conversaciones y la sensación de que todos nuestros consumos de productos y servicios están sujetos a esta incertidumbre: no solo aumenta el pan o la carne: aumenta la nafta y las prepagas, van a aumentar las tarifas de gas y luz y las cuotas de las escuelas privadas. La pregunta no es entonces si va a haber inflación, si no hasta dónde van a llegar los precios, y si nuestros ingresos van a acompañar. No es nada sorprendente que frente a la incertidumbre tratemos de protegernos pasándonos datos sobre cómo intentar gastar menos».

Compartir esta nota

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *